A mi abuela Narcisa
Narcisa junta unas ramas y pestañea fuerte,
siempre pestañea así,
deben ser los ojos azules
o las nieblas apuñaladas.
Los callos de la mano le entibian la sombra,
a unos pasos del rancho
una laguna seca se arrepiente frente al monte.
Narcisa tiene que salir a buscar al hijo,
otra vez se pasó con la bebida.
Vieja de silencios que desfondan
las madrugadas,
Narcisa lo lleva hasta la cama y le saca los zapatos.
Una tardecita
Narcisa rasguña el viento y cae al monte,
no muere,
se la lleva la vida.
Publicado el 6/9/2022
Es de Todd, y no se sabe si es toddeño o toddense, porque el gentilicio de este pueblo ubicado al norte de la provincia de Buenos Aires es aún un tema de debate entre sus habitantes. Alejandro se enfila entre quienes eligen la primera variante, por considerarla más cercana al otoño que la segunda posibilidad, mucho más fosforescente y plastificada. Cuando tenía unos once años, su abuela Josefa le regaló la palabra “chispear” y la señorita Tati (Carmen Navarro) una o dos etimologías; desde ese momento, Alejandro supo que se dedicaría a escribir. Por lo demás, las revistas Anteojito y un libro de los Hermanos Grimm fueron los talismanes que su madre (Olga) tuvo a bien poner para siempre en sus manos.
En 2010 publicó el libro de poesía Entre gallos y cuervos, por intermedio de la editorial Press Scripta, dirigida por David Fuks y Sofía Leikin, duendes bienhechores nacidos en tiempos de los dragones. En 2017 su libro Los silbidos que afilaron las piedras obtuvo, en el género poesía, el primer premio del Concurso Nacional de poesía y cuento Adolfo Bioy Casares, organizado por la Secretaría de Cultura de Las Flores (al año siguiente, por intermedio de ese certamen, el poemario fue editado). En 2021 su propuesta La flecha ya está en el aire (ensayos sobre Yupanqui) resultó finalista del concurso Todos los tiempos el tiempo, llevado a cabo por Fundación Proa, Fundación Bunge y Born y La Nación.