Nostalgia de la carne

“X” de Ti West

Se frotó hasta la irritación y el dolor, pero paró antes de la sangre, porque sabía que ésa, la sangre, era la única humedad que últimamente podía arrancarse[1]

—Mariana ENRÍQUEZ

El slasher es un subgénero que ha sido explotado hasta el absurdo por la industria cinematográfica. Esto genera que, cuando uno observa los tropos típicos de este tipo de películas, tiende a prejuzgar negativamente. El horizonte de expectativas de los slasher está por el suelo.

El verso slash, que significa “corte” o “cuchillada”, define a la perfección a este tipo de cine de explotación, cuya principal característica es la de contar con un elenco que va siendo asesinado por uno o varios psicópatas de forma brutal. Películas exitosas como Halloween, Friday the 13th y la saga de A Nightmare on Elm Street están englobadas en este subgénero.

Ti West, director experto del género de terror, ha sabido aprovechar a su favor los clichés del género para dar una película que, sí, es un slasher, pero también es mucho más. Ya se muestra como un largometraje que busca de alguna manera romper con el género desde el inicio, puesto que el film comienza mostrándonos los cuerpos de los protagonistas y los efectos de la matanza que aún nosotros, como espectadores, no experimentamos; luego de esto hace un flashback e inicia la narración de los hechos.

X nos presenta un grupo de jóvenes estadounidenses en el año 1979 que busca concretar el sueño americano: independencia económica, libertad, consumo. ¿El camino que van a tomar? Filmar una película pornográfica para cementar sus carreras como creadores independientes de este tipo de videos para adultos. “You’re a fucking sex symbol!”, se dice a sí misma la protagonista, Maxine, en una de las escenas iniciales.

El elenco principal no dista mucho de otras configuraciones de películas de los 70 y 80, a las cuales X homenajea constantemente: un afroamericano, un personaje un tanto mayor que el resto, un bohemio, una chica tímida, una mujer rubia y la protagonista que, como siempre, suele ser la más sensata del film, razón por la que sobrevive al final de los eventos de la película.

Cuando el variopinto grupo llega a la granja donde van a rodar su filmación se encuentran con el esposo de la pareja anciana a la que le alquilan un lugar para hospedarse. Es ahí cuando nos damos cuenta por primera vez que “algo no va bien”. El anciano dueño de la granja, cuando los recibe, hace un énfasis en que sean discretos porque su esposa está en la casa y no quiere que la molesten. Algunos planos con una característica música tétrica nos dan a entender que existe una tensión particular con la esposa del dueño, quien parece observar y seguir muy de cerca a la protagonista Maxine, interpretada por Mia Goth.

La esposa del dueño de la granja observa a la protagonista mientras se sumerge en el lago desnuda y también cuando está grabando una escena de la película pornográfica, sin que ella se dé cuenta.

Hasta ese momento, está todo seteado para un slasher estereotipado: gente muy joven que tienen sexo, toman malas decisiones, se separan y van siendo cazados uno a uno por los ancianos que los hospedan. Ti West, el director, entonces hace gala de un giro adicional al subgénero del slasher que hace que X valga la pena como película: le añade un trasfondo que problematiza la fugacidad de la sexualidad y la nostalgia de la carne.

En reiteradas ocasiones el film muestra una escena de un discurso cristiano televisado que denuncia las perversiones que el maligno busca esparcir en los jóvenes fieles. Este leitmotiv podría permitir establecer un sistema dual: por un lado, los protagonistas quienes encarnan la perversión; por el otro, los ancianos de la granja que representan los valores puros del cristianismo. Sin embargo, X es más complejo. A través de escenas más íntimas sobre la relación entre la pareja de ancianos nos enteramos de que la mujer del matrimonio, llamada Pearl, añora los momentos en los cuales podía tener relaciones sexuales con su esposo Howard. Incluso intenta persuadirlo de que tengan sexo sabiendo que Howard sufre de problemas cardíacos, lo que podría generarle un paro.

“¿Por qué no me mirás? Mírame como la mirabas a ella”, le reclama Pearl al joven director de la película pornográfica que está filmando el grupo protagonista. En este punto entendemos que, si esta pareja de ancianos que viven en el campo se desquita con el elenco protagonista, no es para salvaguardar valores cristianos, sino por pura envidia de la libertad sexual que exhiben los jóvenes protagonistas.

PEARL: ¿Crees que no sé quién eres en realidad? Vi lo que hiciste en el granero… Sos una puta pervertida. Somos iguales. Vas a terminar siendo como yo.
MAXINE: No soy como vos. Vos sos una secuestradora, asesina, una maníaca sexual… ¡Yo soy una puta estrella! ¡Todo el mundo va a saber mi nombre!

Este diálogo que ocurre cerca del final del film nos permite dilucidar que existe algún tipo de similitud entre la juventud de Pearl y de Maxine, la protagonista. Es posible que la anciana se vea, de algún modo, reflejada en el personaje que encarna Mia Goth. Sin embargo, para hablar de eso en más profundidad sería pertinente un futuro apartado sobre la película Pearl, también del director Ti West y lanzada tan solo unos pocos meses luego de X.

X es un slasher que va más allá de los tropos que han sido explotados hasta el hartazgo y propone una historia cruda, violenta, por momentos desagradable y extremadamente gráfica pero que problematiza un tópico poco abordado en el género del terror: la pérdida del sexo en la vejez. Como slasher es una buena película, como película de terror es muy recomendable y como film en sí es más que entretenida. Sin embargo, están avisados: X no es para público sensible ni para quienes tengan estómago liviano.

Publicado el 3/2/2023


[1] Mariana Enríquez. “Los peligros de fumar en la cama” en Los peligros de fumar en la cama. (Anagrama, Buenos Aires, 2017, p. 213).

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