“Uvas” y “Eucalipto”

Dos poemas
Uvas

A Luciana

Una mujer regada de insomnios

pone a hervir en mis ojos un nombre,

de su vientre caen tajos de luz,

propinas de la intemperie.

Siempre fue así,

la noche nos lee en voz alta.


Eucalipto

A Tomás Ferrario y Atahualpa Yupanqui

Como el fuego- llanto de la luz-

o como el panadero que desentierra en harina

el amanecer,

ser otro confidente de la madrugada.

El eucalipto no fue hijo de estas extensiones,

llegó hace dos siglos,

pero su olor sonámbulo sí les pertenecía,

como esas preguntas que no se derriten,

o como la sombra del caballo,

puñal marítimo del horizonte.

Si a veces no miro más el eucalipto

no es por distraído, es por timidez,

no sólo desnudándose responde uno a la intemperie,

hay que estar dispuesto a doblar la sangre,

bautizarse en todos los fantasmas.

Textos publicados el 17/12/2022

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